La historia comienza cuando Abraham y Selim Nazal viajan desde Beityala, a fines del siglo XIX, recorriendo Perú y Bolivia antes de pisar suelo chileno. 

Es así como comienzan sus actividades en Los Ángeles, ciertamente el idioma fue una barrera importante que debieron superar para no sólo poder comunicarse y empaparse de nuestra cultura, sino también para la realización de transacciones. Fueron los gestos y las imágenes que les permitieron ejerce el comercio en está cuidad. Clara muestra de esto, es el martillo instalado en la entrada.  

En 1955 la empresa familiar pasó a manos de los Nazal Sabaj, hijos de Selim Nazal y Sara Sabaj bajo el rubro exclusivo de ferretería y deporte, que hoy, después de más de 100 años, se mantiene en pie, en el centro de la cuidad, con su tradicional Martillo.

El_Martillo